La ventaja del calentamiento sin fuentes de calor derivadas de combustión se aplica cada vez que se presente la necesidad de anular fenómenos de oxidación superficial o de efectuar ciclos de calentamiento en atmósfera controlada. El calentamiento de inducción, que explota el principio de generación interior del calor sobre el material en calentamiento por efecto Joule, encuentra amplia difusión justo en el ámbito del calentamiento en atmósfera para el recocido en blanco del acero, la tensión de tobos de titanio, la cementación o nitruración de utensilios de trabajo, la fundición en atmósfera controlada, etc. Además la posibilidad de realizar elevadas densidades de potencia permite minimizar los tamaños de los sistemas de calentamiento que pueden introducirse directamente en la línea de producción. La experiencia decenal de Induction en los sectores mencionados permite satisfacer las más diferentes exigencias productivas manteniendo elevados target cualitativos y de fiabilidad.